Para los que estuvieron ausentes, en capítulos anteriores de "Almohadón de azucar" Almohadón de azucar (I)
***
En la entrega de hoy, van a apreciar uno de mis primeros pensamientos filosóficos, que como es de esperar de un púber, hace agua por todos lados.
El por que una naranja es igual a un elefante.
¿Quién
pone límites?, ¿quién dice que una naranja va a crecer hasta ser un objeto
redondo de aproximadamente 7 cm de diámetro, y no va a seguir creciendo o
desformándose y ser, por ejemplo un elefante?, entonces ¿que diferencia a una
naranja de un elefante?... el sabor, probablemente, siendo el cítrico ácido y
el elefántido amargo y seguramente peludo. Pero supongamos por un momento que
somos una persona carente de lengua, no podríamos diferenciar a la fruta del
animal a menos que la veamos o tengamos contacto con ella. Entonces vamos a
suponer también que somos ciegos y que no tenemos tacto; en este punto,
señores, en este punto es en el que puedo demostrar que una naranja es igual a
un elefante. Cuando seguimos existiendo en un mundo donde lo material pierde
forma para la propia percepción, es en donde nadie puede asegurarnos que una
naranja es diferente a un elefante, un elefante es diferente a un kiwi, o un
kiwi es diferente a una plancha. ¿quién dice que lo que vemos no es solo una
ilusión, y es en este estado [sin gusto, ni vista ni tacto] en el que realmente
estamos en presencia de la verdad?.
Juan Sabena.
Juan Sabena.
muy buena la radio.
ResponderEliminar6 a 1 con bolivia.
ResponderEliminar