Hay un
lugar en especial en el cual el paso del tiempo se me antoja particularmente
absurdo y fugaz; este blog. Nunca me imaginé que este espacio pudiese ser
desencadenante de pensamientos nostálgicos; siempre fue conceptualmente una
vela arrastrando un barco, un vehículo de apertura creativa, “¿épocas doradas?”
si tan solo pasaron tres años… tres años y medio…
Pasaron
cosas. Pasó todo; terminé el colegio, empecé a estudiar diseño gráfico, me fui
a Alemania, se enfermó mi papá, conocí al amor de mi vida, empecé a trabajar,
dejé la
carrera, empecé a estudiar música y estoy acá. Solo tres años, y pasó todo, y
este lugar está acá, como esas catedrales que sobreviven a las bombas, esos
lugares sagrados a los que uno regresa y entre polvo y escombros relucen las
joyas del pasado. Esos lugares a los que uno siempre vuelve, pero no de la
misma manera; sino desde afuera; una vez fui esto, hoy ya no lo soy mas, hoy lo
observo como un espectador, hoy escribir acá desentona. El tiempo, el abandono
fueron sellando su capacidad adquisitiva, y el blog se transformó en una obra
en si misma (ojo, no crean que estoy calificando con esto su calidad; su
contenido puede ser muy bueno o muy malo, pero conceptualmente y mas allá de
eso, yo lo veo en su conjunto como una obra). Hoy en día seguir escribiendo acá
es comparable con pintarle bigotes a la Gioconda o meterle batería, bajo y guitarra
eléctrica con distorsión a una sinfonía de Beethoven.
Una vez que
no puedo mantener el ritmo necesario para sostener a este ser con vida, para
darle un sentido mas allá que simple espacio para publicar alguna cosa muy
esporádica que se me ocurren. Una vez que publicar me parece casi como darle
electrochoques a un ser moribundo, decido firmar la obra y avanzar.
En caso de
comenzar un nuevo proyecto, estaré publicando el enlace aquí debajo
*_________________
Y siempre
tendré cualquier proyecto que haga relacionado a este, como esa anciana y
eterna abuela a la que siempre se la visita y se la mira con cariño .
Como sabiamente
dijo mi amigo Nicolás hacemas de tres años, “Como la noche, mañana vuelvo”
Nos estamos
leyendo!
Juan Sabena
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